Ayer terminé de leer el libro de Anibal Cuevas, “Más allá del sí, te quiero”, el cual habla sobre como salir adelante en el matrimonio. Pasaré a presentarles algunas frases que me parecieron muy buenas:
Nos bombardean continuamente con anuncios de series de televisión, las revistas y tantos otros frentes con la idea de que el hombre tiene derecho a la felicidad y que ésta pasa por satisfacer todos los deseos evitando lo que cuesta. Mensajes publicitarios tales como te lo mereces, date el gusto, date un capricho, hacen mella en el subconsciente y terminan condicionando la situación de muchas personas que huyen del esfuerzo como de la peste. Sin embargo, la grandeza del hombre se sitúa precisamente en su poder para comprometerse libremente en el matrimonio y llevar a término lo asumido, aunque esto requiera esfuerzo.
Nuestra sociedad, tan dada al bienestar y el sentimentalismo, ha reducido el amor a mero sentimiento y ha aplicado esta idea al matrimonio: en la medida que siento amo. Pareciera que la prueba del “algodón” del amor matrimonial fuera estar continuamente sintiendo cosquilleo en el estómago. Resulta curioso que ese sentimiento imprescindible para el amor matrimonial no lo sea para el amor a los hijos o a los padres. Cualquier padre o madre afirmaría que quiere a sus hijos a pesar de los problemas que les puedan plantear.
En el matrimonio, el éxito comienza teniendo claro que es más importante el proyecto común que el interés personal. Hoy en día esto no se entiende muy bien porque lo que suele primar es lo segundo. Ese éxito supone renuncia personal, esfuerzo y dedicación. Personas que son capaces de dedicar horas y horas al trabajo, no lo son de dedicárselo al matrimonio. El matrimonio no ocupa un lugar tan destacado en su vida, o en todo caso piensan que lo ocupará después. En estos casos las personas dejan de ser felices y no disfrutan su matrimonio porque pasan por alto todos los beneficios que les puede dar. No se dan cuenta de que para disfrutar algo hace falta vivirlo bien
Es bueno ser sociables en el matrimonio, aquellos que no tienen proyectos ni inquietudes sociales y que no cultivan la amistad con otros, están llamados a la autocontemplación, y por tanto, a la infelicidad. Además suele generar aburrimiento y situaciones conflictivas.
Diversos estudios indican que ante una crisis matrimonial, quienes deciden luchar y seguir adelante son mucho más felices que quienes decidieron divorciarse. Quienes se empeñan y ponen los medios por mantener aquello que crearon y por lo que se comprometieron sólo suelen necesitar la determinación de seguir adelante y en ocasiones una ayuda externa para conseguirlo.
La pregunta que nos puede acercar al éxito en el matrimonio ante una crisis es ¿Qué estoy haciendo yo para salvar mi matrimonio?
Es muy afortunado quien se ha casado con la mujer a quien amaba pero lo es más quien ama a la mujer con que está casado.
Pueden ver más información en su blog: www.anibalcuevas.blogs.com
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