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Reflexiones para comenzar bien el 2016


Es el primer año en mucho tiempo en el que no decimos que este será mejor, pero tampoco va a ser peor. Nuestra ventaja hoy es la lectura de la realidad. Hace un año pensábamos que sería mucho mejor de lo que fue. Hoy estamos mejor parados porque podemos gestionar mejor nuestras expectativas y acciones. Es mejor saber que terreno pisamos que vivir en las nubes.

Inicio de año, hora del Auto examen:

1. ¿El 2015, ha sido exitoso para mi?

2. ¿Qué hice bien?

3. ¿Qué hice mal?

4. ¿Qué pude hacer mejor? …

En cada aspecto de mi vida en las 5 dimensiones: espiritual, personal, familiar, profesional y social. A raíz de este análisis es necesario planificar, implementar, controlar, aprender de los errores cometidos, porfiar y perseverar, para luego dejar que venga la “suerte”, ya que normalmente se suele aparecer cuando has hecho tus tareas previamente.

2015, año complejo, retador, en el que para salir adelante hemos tenido que inventar nuevas formas de hacer las cosas, haciendo más con menos, y es que el éxito verdadero cuesta, y mucho. Viene disfrazado en muchos casos de lucha, esfuerzo, y sufrimiento. Bien dicen que no se sale adelante celebrando éxitos sino superando fracasos. La realidad y el pasado confirman que todo lo que vale cuesta, lo que fácil llega, fácil se va. A los que buscan las cosas fáciles, o que se creen con suerte para conseguirlas sin esfuerzo, la vida les pasa la factura, tarde o temprano.

Hoy, muchos apuestan por lo fácil, inmediato, gratis y en cantidad. Y la verdad es que nada que valga la pena se consigue sin esfuerzo. Necesitamos mentalidad de maratonista.

Un buen profesional no se obsesiona por ganar o perder. Hoy puedo ser campeón, soy todo un ganador y mi ego engorda, pero mañana pierdo y me deprimo. El concepto de éxito tiene que basarse en algo más profundo. ¿Quién lo define? Si lo define tu cuenta de ahorros o tu posición en la empresa, te vas a deprimir. Pero si tú mismo eres quien define el éxito en función a esforzarse por hacer feliz a los que te rodean, ya las cosas cambian. Cuantas veces he ganado partidos de futbol y sin embargo he sentido que los perdí porque han sido aburridos, fáciles, y por el contrario, me he sentido ganador en aquellos que aun habiéndolos perdido, he sudado la camiseta hasta el último segundo, la he pasado bien, he aprendido. Igual con mi vida.

Ya lo decía Santiago Alvarez de Mon, Profesor Principal del IESE: «Éxito es el estado de paz y serenidad interior alcanzado como consecuencia de la satisfacción de saber íntimamente que he hecho todo lo que soy capaz. Los resultados, ganar, perder, las consecuencias de mi labor, forman parte de otro partido en el que no llevo las riendas.”

Albert Einstein, dijo: “La crisis es la mejor bendición que puede pasarnos, porque trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno. Trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”

Y es que mientras nos veamos como víctimas del contexto, y no como los actores principales de la película, solo bajaremos la fiebre artificialmente, pero el enfermo seguirá empeorando.

Y entonces, ¿Qué hacemos? Focus! Enfócate en las cosas que más valen la pena. Nuestra meta es ser felices para siempre. El problema es que apostamos inconscientemente a no vivir este final. Te has subido a un auto en el que podrías ir a 100 por hora y estás a 30 por hora.

En base a las 4 preguntas, hay que hacer el balance y establecer los propósitos. Define objetivos, acciones que se traduzcan en planes concretos, no de aquí al próximo año, sino de hoy a mañana. Cuando no tenemos un plan de acción al que ceñirnos, las buenas intenciones desaparecen enseguida. Renovarse o morir! Los buenos propósitos acaban perdidos en el valle de las excusas. De una vez, decidamos lo que queremos, comprometámonos a lograrlo, esfuerzo y perseverancia diaria.

Feliz 2016, ojalá hagamos todo bien, entendamos y gestionemos mejor la realidad y que en Enero 2017 seamos un poco más felices, y que con humildad y buen humor hayamos aprendido las lecciones que la vida nos va a dictar.

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